Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
Piensa, siente.

El superviviente.

27 Marzo 2021 , Escrito por Núria (@Soy_Scania)

Está sentado ante mí. Grande y fornido con más de 100 kilos de puro músculo. Bien entrado en sus 50.

Subió a un furgón 30 años atrás para recorrer una distancia que le alejaba de la pobreza. Y aquí aprendió, a una velocidad vertiginosa, a poner ladrillos y a hablar un idioma diferente al suyo propio. Compartió piso y vodka con otros compatriotas durante años, hasta que reunió suficiente dinero para traer a su mujer y a sus dos hijos.

Duró poco ese matrimonio. Demasiado jóvenes cuando se unieron en el santo sacramento. Demasiado jóvenes y demasiados acontecimientos ocurridos desde que él dejó el país hasta que ella se subió a un furgón para reunirse con él.

No sé qué fue de su familia. No tenemos tiempo para hablar de ello.

- Tengo esta marca aquí, de un navajazo. La vida es dura en mi país. Y yo era joven.

El navajazo en cuestión había quedado a pocos milímetros de la vena cava superior, en su recorrido hacia la aurícula derecha de su corazón.

Hubo más navajazos después, pero ninguno tan reseñable.

La vida le ha enseñado a sobrevivir y a empezar desde cero tantas veces como sea necesario. Sus ojos transmiten esa sabiduría práctica y adaptativa y me llevan a pensar que en caso de guerra, ahora mismo, le querría a él en mi equipo. Capaz de afirmar con seguridad que sabe cómo sacarte de donde sea que estés, y tú creerle ciegamente.

Él está bien. Se siente bien.

Se levanta a las 5 cada mañana para cumplir con su turno en una cadena de montaje. Es un buen trabajo, me dice, mejor que muchos otros en los que se ha dejado la salud sin rechistar. Mejor, por ejemplo, que cuando trabajaba de vigilante nocturno.

- Ahora al menos, duermo mis 6 horas por la noche.

Ríe. Tiene razón. Y se encuentra bien.

No puedo decirle nada más. Sus más de 100 kilos de puro músculo y su experiencia sobreviviendo se levantan como un muro que no puedo atravesar.

Lo intento una última vez:

- Si sigues con esta tensión tan alta, sufrirás un infarto.

Sonríe. Y me mira con cierto desdén. Al fin y al cabo qué sabré yo de los caminos que ha tenido que atravesar él.

Yo también le miro. Con resignación. Asumiendo que no siempre podré cumplir con mi deber. Y en el fondo, deseando que tenga razón también en esto y que sobreviva, como siempre ha hecho.

Compartir este post
Repost0
Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post